Las torceduras de cuello son una molestia común, pero con algunos hábitos y precauciones simples, es posible reducir significativamente el riesgo de experimentarlas.
Las causas más comunes de las torceduras de cuello son: posturas incorrectas al sentarse frente a la computadora, movimientos bruscos al practicar algún deporte y claro, dormir en una posición inadecuada.
Por lo general cuando tenemos una de estas molestias, debemos reducir nuestro nivel de actividad general, pero sin llegar al reposo en cama. Los expertos de la salud recomiendan mantenerse tan activo como sea posible, sin provocar que el dolor aumente.
Si el dolor es fuerte, por lo general se suelen administrar analgésicos de venta libre como ácido acetilsalicílico, ibuprofeno o naproxeno. También se puede aplicar calor o frío sobre la zona donde se localiza el dolor, a través del baño, o usando compresas o almohadillas térmicas.
Mantén una buena postura:
- Asegúrate de que tu silla y escritorio están a la altura indicada (esto también puede repercutir en la tendinitis de las muñecas).
- Levanta la pantalla para que esté a la altura de los ojos.
Ejercicios de estiramiento:
- Realiza ejercicios de estiramiento para el cuello y los hombros regularmente, especialmente si tienes un trabajo sedentario.
Técnicas de levantamiento adecuadas:
- Al levantar objetos pesados, sujeta fuerte y utiliza las piernas en lugar de la espalda (además debe estar recta pero relajada), mantén el objeto cerca del cuerpo.
Almohadas y colchones:
- Asegúrate de que tus almohadas y colchones brinden el soporte adecuado para tu cuello y espalda durante el sueño.
Descansos regulares:
- Si trabajas frente a una pantalla por períodos prolongados, toma descansos cortos para estirar y relajar los músculos del cuello (tu vista también lo agradecerá).
¿Cuándo consultar a un profesional de la salud?
- Si llevas ya unos días con dolor y los síntomas no desaparecen con los cuidados personales ni con los analgésicos (utilízalos con cuidado).
- Sensación de hormigueo, adormecimiento o debilidad en la mano o en el brazo.
- Si el dolor cervical fue provocado por una caída, golpe o lesión se debe evaluar de inmediato.
- El dolor empeora cuando te acuestas o es tan fuerte que te despierta por la noche.
- Tienes problemas para caminar o mantener el equilibrio.