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El sueño y el 14 de febrero

El sueño y el 14 de febrero

Don Colchón |

El 14 de febrero es un día que despierta emociones intensas: amor, ilusión, expectativa y, para algunos, ansiedad o nostalgia. Aunque no lo parezca, estas emociones pueden tener un impacto en la calidad del sueño. ¿Quién no ha pasado una noche en vela esperando una cita especial o recordando un amor del pasado? Pero más allá de la experiencia personal, hay razones científicas detrás de la relación entre San Valentín y el descanso nocturno. Veamos cómo el amor y el sueño se cruzan en este día especial.

El amor y sus efectos en el sueño

El amor tiene un impacto directo en nuestro cuerpo, liberando hormonas que pueden influir en cómo dormimos. La oxitocina, conocida como la "hormona del amor", se libera durante el contacto físico y las interacciones afectivas. Estudios han demostrado que esta hormona promueve un sueño más profundo y reparador, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad. Un estudio publicado en Frontiers in Psychology en 2017 encontró que la oxitocina no solo facilita el sueño, sino que también contribuye a la regulación emocional durante el descanso.

Sin embargo, el amor también puede traer noches de insomnio. La emoción de una nueva relación, el nerviosismo antes de una cita o incluso la incertidumbre amorosa pueden activar el sistema nervioso simpático y dificultar el sueño. Investigaciones de la National Sleep Foundation indican que las personas enamoradas suelen experimentar alteraciones en sus patrones de sueño debido a la activación de regiones cerebrales vinculadas a la recompensa y la emoción.

No todo el mundo experimenta este día con felicidad. Para algunos, el 14 de febrero puede generar presión social, expectativas no cumplidas o sentimientos de soledad. Este estrés puede provocar dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos o incluso sueños más vívidos y emocionales. De acuerdo con la American Psychological Association, el estrés emocional puede elevar los niveles de cortisol, una hormona que en exceso puede alterar la arquitectura del sueño.

Por otro lado, las personas en relaciones estables pueden experimentar otro tipo de impacto en su descanso. La emoción de planear una sorpresa para la pareja o el deseo de que todo salga perfecto pueden generar ansiedad anticipatoria, afectando la calidad del sueño. Según un estudio de la Sleep Research Society, el estrés relacional es un factor que puede alterar el ritmo circadiano y provocar insomnio ocasional.

Chocolate, cenas románticas y su impacto en el descanso

El 14 de febrero es una fecha en la que el consumo de chocolate y cenas elaboradas se dispara. Si bien el chocolate es un símbolo clásico del romance, también contiene cafeína y teobromina, estimulantes que pueden afectar la conciliación del sueño. Un estudio publicado en Nutrients en 2020 indica que la teobromina puede aumentar la frecuencia cardíaca y reducir el tiempo de sueño profundo.

Las cenas abundantes y tardías también pueden jugar en contra del sueño. Comer en exceso antes de dormir puede provocar reflujo ácido, malestar digestivo y despertares nocturnos. Según la American Journal of Clinical Nutrition, una ingesta calórica alta en la noche está asociada con una mayor latencia para dormir y menor eficiencia del sueño. Para evitar estos efectos, es recomendable optar por cenas ligeras y no muy tarde.

Los sueños románticos: ¿San Valentín en el subconsciente?

Las emociones que vivimos durante el día suelen reflejarse en nuestros sueños. Un estudio sobre la relación entre las emociones y el sueño, publicado en Dreaming Journal, encontró que los sentimientos intensos pueden generar sueños más vívidos y memorables. Así que no es extraño que, en torno a San Valentín, algunas personas experimenten sueños relacionados con el amor, el deseo o incluso recuerdos de relaciones pasadas.

Para aquellos que están en una relación, estos sueños pueden ser una extensión de sus emociones diurnas, mientras que para quienes están solteros, podrían representar anhelos o temores internos. Investigaciones del Sleep and Neuroimaging Lab de la Universidad de Berkeley han demostrado que los sueños románticos activan áreas del cerebro vinculadas a la recompensa, como el núcleo accumbens, lo que explica por qué pueden resultar tan intensos.

El amor y el sueño tienen más en común de lo que parece. Mientras que el primero nos llena de emociones, el segundo es fundamental para procesarlas. Ya sea que pases este día en pareja o solo, recuerda que una buena noche de descanso siempre será el mejor regalo para tu bienestar.

 

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