La celebración del Día del Niño tiene un origen profundamente ligado a los derechos de la infancia y a los esfuerzos internacionales por garantizar su bienestar, desarrollo y protección. Aunque la fecha varía según el país, su raíz histórica se puede rastrear hasta la primera guerra mundial: Después de la devastación, muchas organizaciones humanitarias comenzaron a preocuparse por la situación de los niños afectados por el conflicto. En 1924, la Sociedad de Naciones (precursora de la ONU) adoptó la primera Declaración de los Derechos del Niño, conocida como la Declaración de Ginebra, impulsada por la pedagoga británica Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children.
Este documento afirmaba por primera vez que los niños tenían derechos específicos y necesitaban una protección especial.
Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959)
Después de la Segunda Guerra Mundial, la situación de los niños volvió a ser crítica. En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reafirmó la importancia de proteger a la infancia. Así, el 20 de noviembre de 1959, la ONU adoptó oficialmente la Declaración de los Derechos del Niño, un documento más completo que incluía 10 principios fundamentales sobre salud, educación, igualdad, identidad, entre otros.
Posteriormente, en 1989, la ONU aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado jurídicamente vinculante que establece estándares internacionales para la protección de los derechos infantiles. Esta convención recomendó que cada país celebrara un Día del Niño para promover la fraternidad entre los niños del mundo y recordar la importancia de su bienestar. La fecha oficial sugerida por la ONU fue el 20 de noviembre, aunque cada país ha elegido su propia fecha según sus tradiciones o circunstancias locales.
México fue pionero
El Día del Niño en México comenzó en 1924, siguiendo los principios de la Declaración de Ginebra, bajo el gobierno del presidente Álvaro Obregón y con el impulso de su secretario de Educación Pública, José Vasconcelos.
México vivía una etapa de reconstrucción después de la Revolución Mexicana (1910–1920). El gobierno postrevolucionario buscaba consolidar un nuevo proyecto nacional en el que la educación y la protección social de los menores fueran pilares del desarrollo. En ese contexto:
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José Vasconcelos promovió una política educativa humanista, centrada en la niñez, como base del futuro del país.
- Se impulsaron campañas de alfabetización, salud pública y expansión de escuelas rurales, muchas de ellas dirigidas a niños y niñas que antes no tenían acceso a la educación.
Así, el Día del Niño se estableció como parte de un esfuerzo más amplio por construir una nación moderna, instruida y justa, comenzando con los más jóvenes.
¿Por qué el 30 de abril?
A diferencia de otros países que celebran el Día del Niño en fechas relacionadas con organismos internacionales (como el 20 de noviembre, Día Universal del Niño), México eligió el 30 de abril por razones prácticas y pedagógicas:
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Era una fecha cercana al final del ciclo escolar (pero no en vacaciones), lo que facilitaba su celebración en las escuelas.
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Permitía destacar los valores educativos y sociales que se querían inculcar en la infancia.
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No coincidía con otras conmemoraciones oficiales del calendario mexicano.
Datos relevantes y actuales
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Según cifras de INEGI, en México hay más de 32 millones de niños y niñas menores de 14 años.
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Más de 3 millones de menores de edad trabajan, muchos en condiciones no permitidas por la ley.
- La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, promulgada en 2014, refuerza la obligación del Estado mexicano de garantizar derechos como educación, salud, alimentación, identidad, protección y participación.
Enfoque actual: más que una celebración, una causa
Si bien el Día del Niño suele estar asociado con regalos, juegos y actividades recreativas, su origen y objetivo son mucho más profundos. Su función principal es:
- Recordar la responsabilidad de la sociedad en el cuidado y formación de la infancia.
- Promover políticas públicas que garanticen salud, educación y protección.
- Visibilizar problemáticas como el trabajo infantil, el abuso, la pobreza, la falta de acceso a derechos básicos y la discriminación.