La importancia de dormir bien se ha mencionado en muchos estudios, ya que es un factor clave de salud en el mundo actual. Se sabe que la falta de sueño puede afectar todo: nuestras emociones, la capacidad de concentración, el rendimiento laboral o deportivo, las posibilidades de enfermarse y en algunas personas, esto puede relacionarse con el aumento de peso.
La calidad de vida es un concepto ligado al dormir bien, existe una estrecha interrelación entre el sueño y el estado general de salud física y psicológica de una persona. Los factores que contribuyen a la sensación de bienestar percibida, tras una noche de descanso son: la cantidad de sueño, la calidad y profundidad del sueño y, de forma negativa, los despertares nocturnos. A su vez, a mayor satisfacción de sueño percibida hay menores síntomas de depresión y ansiedad, menor número de enfermedades existentes y menor cantidad de medicamentos consumidos.
¿De qué manera podemos dormir la cantidad y calidad de horas que necesitamos? A continuación, te damos algunas ideas:
Permanecer activo durante el día. Probablemente has notado cómo corretean los niños pequeños... y la profundidad de su sueño. Sigue el ejemplo de los pequeños y haz ejercicio físico al menos 60 minutos por día. La actividad física disminuye el estrés y ayuda a sentirse más relajado.
No consumir drogas ni alcohol. Existe la creencia entre muchas personas que el alcohol y las drogas relajan y producen somnolencia, pero no necesariamente es así. El alcohol y las drogas perturban el sistema nervioso central, por lo que alteran el sueño y aumentan las probabilidades de despertarse a mitad de la noche.
Apagar los aparatos electrónicos. Los expertos recomiendan usar el dormitorio sólo para dormir. Si no puedes convertir tu dormitorio en una zona libre de tecnología, por lo menos apaga todo una hora o más tiempo antes de acostarte.
Ten una rutina para dormir. Ir a la cama a la misma hora todos los días contribuye a que el cuerpo forme el hábito de esperar el sueño. Así que relájate en las noches, ya sea leyendo, escuchando música, pasando tiempo con una mascota, escribiendo en un diario, jugando sudoku o haciendo cualquier otra cosa que te relaje.
Prográmate mentalmente para tener una buena noche de sueño. En lugar de preocuparte por no poder dormir (cuanto más desesperes, más riesgo corres de quedarte despierto mirando el techo), recuerda que puedes hacerlo, ya que es un proceso natural de nuestro organismo.
Puede ser de utilidad practicar ejercicios de respiración o posiciones suaves de yoga antes de ir a la cama.
Todos tenemos una noche en blanco cada tanto. Pero si tienes dificultades constantes para dormir y están afectando tu humor y rendimiento, consulta a tu médico.