La higiene en la cama es uno de los factores más importantes para la salud, ya que permite prevenir enfermedades y garantizar el bienestar de nuestro cuerpo. Es por ello que se deben formar hábitos al respecto, ya que de no hacerlo esto puede provocar olores desagradables e incluso infecciones.
Los expertos recomiendan que la ropa de cama debe cambiarse idealmente una vez cada semana y por mucho cada dos semanas, además debemos asegurarnos de que se lave de manera adecuada para que esté siempre impecable. Una de las razones detrás de esto es el sudor nocturno, que es necesario producirlo para nuestro cuerpo ya que así se eliminan toxinas y calor.
Aunque sudar al dormir es perfectamente normal y se puede producir por muchos factores como el clima, tener una pesadilla, estrés, u otros, hay que poner atención en la frecuencia y la cantidad de sudor. Si constantemente nos despertamos empapados y la cama se encuentra mojada, lo más recomendable será consultar a un profesional de la salud para descartar problemas graves.
Lo que pasa con el sudor es que se acumula en las sábanas junto a nuestras células muertas, siendo este un medio propicio para la aparición de ácaros. Estos pequeños artrópodos no son visibles a simple vista y por lo general viven en el polvo que se acumula en los tejidos de los colchones, almohadas, ropa de cama, muebles y alfombras. Producen alergias y afecciones generales al sistema respiratorio.
Cada mañana, se deben sacudir bien al tender la cama. Las sábanas y las fundas de las almohadas deben cambiarse y lavarse para procurar la buena circulación del aire y la sensación de frescura al acostarse. Para asegurar su correcta limpieza, te recomendamos lavarlas a máquina con agua tibia o fría.
Por lo general se deben lavar independientemente de otro tipo de ropa, evitando mezclarlas con prendas con cierres, velcros o elementos que puedan dañarlas. No se debe sobrecargar la lavadora, ya que tiene que haber suficiente espacio para que se muevan y se mezclen bien el agua y el detergente; esto permitirá que se enjuaguen adecuadamente.
Si por alguna razón, nuestras sábanas tienen alguna mancha, es aconsejable tratarla previamente al lavado con algún producto quitamanchas de aplicación directa. Hay que elegir correctamente el ciclo de lavado adecuado para que no se dañen los tejidos.
Cuida no excederte con el detergente o jabón, ya que si hay residuos de estos se verá afectada la suavidad y el confort de las sábanas. Al secarse con máquina se debe tener atención en no dejarlas mucho tiempo, para después colgarlas un rato. Si optas por colocarlas al aire libre, hay que evitar la luz directa del sol y las altas temperaturas puesto que afectarán los tejidos.
Si puedes lavar las sábanas una o 2 veces por semana (sobretodo en temporada de calor), estarás prolongando su vida útil, al mismo tiempo de cuidar tu salud y la de tu familia.