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Los buenos hábitos del descanso y el cáncer de mama

Los buenos hábitos del descanso y el cáncer de mama

En los años recientes, diversas investigaciones prueban que los hábitos de sueño saludable son un factor de prevención de la enfermedad, aunque se debe señalar que hay una multitud de componentes en esta problemática de salud.

El número total de casos está aumentando en todo el mundo, pero se sabe que un porcentaje importante de cánceres pueden curarse mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia, especialmente si se consigue una detección precoz.

Uno de los tipos de cáncer más relevantes de nuestra actualidad es el cáncer de mama; según datos del gobierno federal, "ocupa el 5to lugar de muertes en mujeres".

Los últimos estudios de salud prueban que en nuestro país, hay tasas altas de incidencia y de mortalidad en los estados del norte y en ciudades densamente pobladas, tales como Guadalajara y Ciudad de México. Esto posiblemente se deba a que las personas no están haciendo conciencia de la detección temprana.

Es bien sabido entre la comunidad médica que un diagnóstico oportuno contribuye a disminuir la mortalidad y a dar el seguimiento adecuado para, desde etapas tempranas tratar a las mujeres con el padecimiento.


Factores de riesgo y factores preventivos en el cáncer de mama

Aunque todas las mujeres deberían considerarse "en riesgo" de padecer cáncer de mama (ya que el sexo es el factor principal - solo el 1% de los tumores de mama aparecen en varones), hay ciertos elementos que determinan su aparición.


La edad

No puede ignorarse este dato: solo 5% de estos tumores ocurren en mujeres menores de 40 años. Sin embargo, en los últimos años, se ha alertado sobre el descenso de la edad en el diagnóstico.

En el caso de México existen casos documentados desde la segunda década de vida y la incidencia máxima se da hasta los 54 años (una década antes que en norteamérica y europa), con un descenso paulatino a partir de la quinta década.


La herencia

Existe un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres con antecedentes familiares de este tumor, especialmente si el cáncer se desarrolló en la premenopausia o sucedió en familiares de primer grado de parentesco.


Consumo de alcohol

Otro dato a tomar en cuenta: el consumo de alcohol excesivo (a partir de 10g al día) podría incrementar el riesgo de cáncer de mama, ascendiendo hasta un 7%, independientemente del tipo de alcohol que se tome.


Factores hormonales y reproductivos

Haber tenido la primer menstruación antes de los 12 años, la menopausia después de los 55, y el primer embarazo más allá de los 30 años, incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad.

Por el contrario, haber tenido un embarazo a término y la lactancia, disminuyen considerablemente la incidencia.

Respecto a los partos, aunque parece que el riesgo de presentar tumores de mama se incrementa en el periodo inmediatamente posterior al nacimiento, a largo plazo el efecto es protector. Cada embarazo a término disminuye un 25% el riesgo, y los estudios muestran que las mujeres que han amamantado a sus hijos 20 meses o más, en total, tienen un 33% menos de riesgo.

El papel de los anticonceptivos hormonales como factor permanece en controversia. Solo se ha podido constatar un mayor riesgo cuando los anticonceptivos se administran en etapas finales de la vida reproductiva (cuando la mujer es más susceptible al desarrollo de esta enfermedad).


La nutrición

Se ha observado que la incidencia de cáncer mamario es más alta en los países occidentales, caracterizados por un consumo alto de carnes, grasa total o saturada y azúcares simples, y por el consumo bajo de granos integrales, frutas y verduras.

Como dato interesante, vale la pena mencionar que actualmente, alrededor del 97% de las mujeres mexicanas consumen menos de 400 g de frutas y verduras al día.

Algunos alimentos recomendados para disminuir el riesgo son: vegetales de hoja verde, cítricos, pescado azul, bayas (fresas, arándanos), así como manzanas y peras, entre otros.


Los hábitos de sueño

Recordemos que una buena noche de descanso ayuda en la homeostasis del cuerpo (la propiedad de los organismos, que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable).

El insomnio es uno de los factores que mayor repercusión tienen en la salud, sobre todo en la energía física y alteraciones del organismo, por lo que es de esperarse, que este factor sea tomado en cuenta para la enfermedad.

La falta de sueño asociada a una disrupción de biorritmos circadianos se ha relacionado con un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama en mujeres.

La sustancia clave es la melatonina. Esta sustancia que producimos de manera natural al dormir y que es responsable de regular nuestro ritmo biológico.

"El mecanismo oncogénico que se produce ante niveles insuficientes de melatonina es multifactorial, destacando una mayor inestabilidad genómica y una falta de reparación de daño sobre el ADN". Es decir, las pacientes que padecen cáncer de mamá, y que han tenido bajos niveles de sueño en su vida, tardan más en recuperarse y la terapia es menos efectiva; las células de su cuerpo sufren un daño más severo.

"Los efectos antitumorales de la melatonina se conocen desde 1976", cuando se observó conforme a las investigaciones, que el crecimiento tumoral era suprimido por la sustancia. Esta inhibición tumoral es sinérgica con otros fármacos antitumorales (antiestrógenos o quimioterapia).

Parece que el cáncer de mama más frecuentemente asociado a trastornos del sueño tiene una mayor carga mutacional y, ppr tanto, estos tumores son más agresivos que el resto de los tumores de mama. Progresan habitualmente en los tres primeros años desde el diagnóstico a nivel visceral, con lo que las tasas de supervivencia global son más bajas que en los cánceres de mama con otros subtipos.

Actualmente hay múltiples ensayos clínicos en los que se añade melatonina a la terapia convencional con intención de mejorar la respuesta a los tratamientos y la supervivencia de las pacientes. Teniendo en cuenta que es una medicación poco tóxica y muy asequible, los especialistas se están planteando introducirla más habitualmente en el escenario clínico.

La melatonina puede mejorar el ritmo circadiano y la calidad del sueño y aportar efectos antioxidantes al cuerpo. Además debido a sus propiedades antitumorales y antiestrogénicas, tiene un papel importante en la prevención, así como en una mejor respuesta a tratamientos oncológicos.

En conclusión, los hábitos saludables deben incluir no solamente una buena nutrición e ingesta baja de alcohol, sino también el descansar de manera adecuada al dormir.

Las mal pasadas de hambre y de sueño, son de las peores cosas que podemos hacer a nuestro cuerpo.

 

https://bit.ly/3Q6psmJ
Epidemiología del cáncer de mama. Martínez Sánchez Yazmín Lizeth. Instituto Mexicano del Seguro Social, 2022.

https://bit.ly/48XOlJP
Actualización del cáncer de mama en Atención Primaria. P. Vich, B. Bruisint. Revista SEMERGEN. Vol. 40. Núm. 6., páginas 326-333, 2014.

https://bit.ly/3Q6ywb9
La alimentación y el cáncer de mama. Caire Juvera Graciela. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo. México, 2012.

https://bit.ly/46Yn4oW
Hábitos de sueño saludable, melatonina y cáncer de mama. Santisteban, M.. Anales del Sistema Sanitario de Navarra, 42(2), 245-248. España, 2020.

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